Dicen que el desayuno es la comida más importante del día… La verdad yo no tengo preferencia por alguna hora del día en especial…
En Enero pasado estuve por Guatemala y visité la ciudad de Antigua (puedes ver el post anterior sobre su historia). Antigua es un sitio turístico, y cuenta con una gran variedad de restaurantes de todo tipo. Puedes encontrar comida hindú, tailandesa, parrillas argentinas e incluso tacos además de la tradicional cocina guatemalteca.
Yo me enamoré del desayuno «Chapín» (término que identifica a los Guatemaltecos), y que consiste de huevos revueltos (frecuentemente con tomate y cebolla), un poco de queso fresco, crema agria, plátanos fritos y frijoles refritos negros… Lo único que extrañé durante todo el viaje fue una buena salsa para acompañar los alimentos. En varios lugares probé una salsa de jitomate pero sin mucho sabor, creo que ya estoy muy acostumbrada a los sabores fuertes, no necesariamente picantes, pero sí más potentes…
Los frijoles son una delicia, tienen un sabor especial, son más salados y ácidos que los que estamos acostumbrados a servir en México. Me comentaron que acostumbraban freír cebolla en una sartén hasta quemarla, la retiraban del aceite y entonces agregaban los frijoles, que freían pacientemente hasta obtener una consistencia muy suave.
No podían faltar las tortillas de maíz, muy blancas. Me llamó la atención que son bastante más gruesas que las mexicanas, alcanzan a estar suaves por dentro. Usualmente se presentan a la mesa en una canastilla, envueltas en una servilleta de algodón con los tradicionales colores y patrones guatemaltecos.
Por si esto fuera poco, el desayuno también puede incluir café (suave y aromático, uno de los principales productos de la economía guatemalteca), «pan churro» preparado con manteca (conocido también como pan tostado), y «Mosh Antigueño», una avena ligera de consistencia parecida al atole mexicano.
Después de este desayuno de campeones el cuerpo pide una siesta, pero la decencia dicta que salgamos a caminar para quemar todas las calorías ingeridas en menos de media hora… No importa que sufra la cintura: ¡peor sería dejar algo sobre la mesa!