El día de hoy -Junio 8, 2018- el mundo perdió a un gran personaje: Anthony Bourdain, chef, escritor, viajero empedernido.
Me cuento entre las miles de personas que reaccionaron ante su pérdida. Tristemente por suicidio. Sin temor a equivocarme, es la primera vez que la muerte de una celebridad me genera una reacción. Hace muchos años que seguía su trayectoria… creo que he visto la mayoría de los episodios que grabó alrededor del mundo en las diferentes series que protagonizó. Sus episodios en el Sudeste Asiático fueron una inspiración que años más tarde se convirtieron en mi realidad (la frase «Gone Bamboo» no puede ser más acertada…). Por coincidencia me encontraba en Tailandia en 2014 cuando se dio el golpe de estado, justo cuando se filmaba el episodio de Bangkok / Mae Klong / Samut Songkhram en «No Reservations»… Y en 2016, yo estaba en Laos cuando el ex-presidente de Estados Unidos, Barack Obama visitó la región, y apareció en el episodio de Hanoi en «Parts Unknown»… He visitado lugares específicos que descubrí en sus shows de TV, y he planeado -y sigo planeando- cómo hacer para ir a ese lugar que presentó en tal o cual temporada. He soltado carcajadas ante imagenes evocadas en sus libros, artículos y ensayos… Nunca faltaba el humor negro, el comentario ácido, la mención de sus adicciones y demonios personales…
En fin, hoy es un día muy triste no solamente para su familia y aquellos que lo conocieron personalmente… también lo es para miles de viajeros y foodies alrededor del mundo que -como yo- se vieron inspirados por su trabajo. Pero aún hay mucho mundo por conocer… Y de manera importante gracias a Anthony Bourdain, mi lista es aún bastante larga… Descansa en paz. Travel on.